alexbelmartino@fibertel.com.ar ------------- Prueba documental y auditiva de la Banda del Río Kirchner, con Fútbol y mafia judicial anexa de Juez Luis Rodríguez y otros, garantizadora de impunidad. 1) http://labandadelriok.blogspot.com.ar/ 2) http://futbolnarcotraficogobierno.blogspot.com.ar/ 3) https://www.mediafire.com/?nttfsjzgyar5jak Delitos Kirchner y socios en Audios, documentados e/ damnificados, 1222, 1240, 5b, 6c, 133, 970 a y b, 931, 1058, 1180, 1701/8; y otros mafia mafia, 5 C, 180, 171, 195, 344, 851, 854, 901, 904, 906, 940, 1208, 1310, 1314. Medios 1398 TN, 1428 Canal 26, 1293 1287 C5N, 1298, 1400, 1443. 4) YouTube 1208, 200 planes trabajar más YouTube 1363: Se cae el gobierno. YouTube 904, estás vos en el video de Gonzalo, Adrián, hacé algo, nene, dijo Florencio Randazzo.

29/6/09

DURA DERROTA DE KIRCHNER EN ELECCIONES ARGENTINA 2009

De Narváez se impuso en Buenos Aires por 2,3 puntos; el ex presidente admitió el resultado y prometió profundizar la gobernabilidad; en Capital ganó Michetti, fue segundo Solanas y Carrió será diputada; aplastante victoria del candidato de Cobos en Mendoza; en Santa Fe ganó Reutemann por poco: el oficialismo sufre un fuerte retroceso en las dos cámaras; los Kirchner perdieron en Santa Cruz

Una ola de votos opositores puso al Gobierno frente a una drástica derrota electoral: Néstor Kirchner cayó ayer ante Francisco de Narváez en Buenos Aires, la Casa Rosada pierde la mayoría en las dos cámaras del Congreso y el oficialismo quedó relegado en la Capital, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Entre Ríos y hasta en Santa Cruz.
De Narváez sumaba el 34,52% y aventajaba por 2,3 puntos a Kirchner en las elecciones para diputados nacionales, con el 88,24% de las mesas escrutadas. El ex presidente sólo reconoció la derrota a las 2.15, después de permanecer varias horas encerrado con su esposa, la Presidenta, en su búnker electoral. "Hemos perdido por poco. Pero sepan que vamos en camino a profundizar la gobernabilidad", dijo, con un semblante sombrío.


A la medianoche, De Narváez se había declarado victorioso: "Hemos derrotado a la vieja y mala política. Es momento de unir y no de dividir", dijo. Lo acompañaban, en un salón de Costa Salguero, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y su candidata, Gabriela Michetti, que triunfó en la Capital con el 31 por ciento.


Detrás de ella en la ciudad quedó Fernando "Pino" Solanas, con un sorprendente 24%, que relegó al Acuerdo Cívico y Social, de Elisa Carrió, que entraba con lo justo al Congreso.
En una jornada electoral que no tuvo mayores contratiempos, el Gobierno se ilusionó con sondeos en boca de urna que lo mostraban ganador en Buenos Aires al cerrarse la votación, pero enseguida empezaron a encadenarse las malas noticias.


El primero en festejar fue el vicepresidente Julio Cobos: sus candidatos triunfaron en Mendoza con casi el 50% de los votos y más de 25 puntos de diferencia sobre la lista del kirchnerismo.
Otro dirigente que parecía ratificado, y perfilado para la carrera presidencial, es Carlos Reutemann, que renovó su banca de senador con un triunfo ajustadísimo sobre el socialismo santafecino. En Córdoba, el opositor Luis Juez vencía por cuatro puntos a la UCR y al PJ del gobernador Juan Schiaretti.


Pero pocos resultados fueron más sorprendentes que la primera derrota kirchnerista en Santa Cruz, a manos del radical Eduardo Costa.
Según los datos oficiales hasta esta madrugada, el kirchnerismo perdía 12 bancas propias (y otras de aliados) en la Cámara de Diputados y 4 en el Senado. Será la primera vez que un gobierno peronista queda sin quórum en las dos cámaras. En el balance final, el kirchnerismo perdió en 11 provincias. En distritos tan importantes como la Capital y Córdoba terminó en cuarto lugar.


La principal sangría se da en la provincia de Buenos Aires, donde la lista que encabezaron Kirchner y el gobernador Daniel Scioli obtenía 12 bancas de diputados, mientras ponía en juego 20.
Luego de un inicio de moderado triunfalismo, el búnker del kirchnerismo quedó cubierto de un clima de luto cuando empezaron a conocerse las primeras cifras oficiales.


Desde el principio, el recuento favoreció a De Narváez. Poco después de las 21, el candidato de Unión Pro apareció en público junto con su compañero de lista Felipe Solá para anticipar "una victoria segura", aunque pronosticó que sería "una noche larga" de recuento de votos.


A la medianoche volvió con Macri, que dio un discurso que pareció su lanzamiento anticipado a la carrera por 2011. "Basta de resentimientos, empieza otra etapa en la Argentina", enfatizó el jefe porteño, mientras un coro de seguidores gritaba "se siente/se siente/Mauricio presidente".


A la 1 ya se conocía el resultado de 76 por ciento de las mesas y la ventaja de Unión Pro se mantenía fija por encima de los dos puntos. La alianza de macristas y peronistas disidentes se adjudicaba 13 bancas en la Cámara de Diputados.
La mala cosecha de Kirchner se explicaba por las magras diferencias que conseguía en el conurbano, el bastión en el que sostuvo su proyecto de poder. Perdía en distritos como San Isidro, Vicente López y Lanús, además de la previsible caída en ciudades grandes como La Plata, Bahía Blanca y Mar del Plata.
En el Gran Buenos Aires se consolidó el fenómeno del corte de boleta. Muchos intendentes que fueron candidatos testimoniales consiguieron más votos para la lista de concejales que los que obtuvo la boleta de Kirchner-Scioli. Para el ex presidente el resultado significa un fuerte retroceso respecto de 2007, cuando había alcanzado más del 45 por ciento de los votos en la provincia.
En el búnker kirchnerista arreciaban los rumores sobre la furia del ex presidente. Ministros, legisladores y asesores entraban y salían de las habitaciones del hotel, con caras largas. "Vamos a esperar hasta que se cuente el último voto", era el mensaje que mandó transmitir Kirchner. La Presidenta lo acompañó desde que regresó de votar en Santa Cruz.


A las 2.15, el ex presidente decidió comparecer en público, al lado de Scioli, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, y el vicegobernador Alberto Balestrini. "Si fuéramos tan malos hubiéramos perdido por más", dijo, en un momento de su discurso. Habló de diálogar, pero "sin resignar los principios".


El tercer lugar en la provincia de Buenos Aires fue para el Acuerdo Cívico y Social, cuya lista encabezaron Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín. Obtuvieron el 21 por ciento de los votos, lo que se traducirá en 8 bancas de diputados. "Asistimos a una derrota total del kirchnerismo y al crecimiento de nuestra fuerza en todo el país", enfatizó Stolbizer cuando apareció a comentar el resultado, al lado de su socia Carrió. El Nuevo Encuentro, de Martín Sabbatella, quedó cuarto en Buenos Aires y se llevó dos bancas.


Estas elecciones también marcaron la irrupción en el Congreso de la dirigencia ruralista, que saltó a la escena política a partir del conflicto con el Gobierno del año pasado. En Entre Ríos, la lista del Acuerdo Cívico y Social, liderada por dos dirigentes agrarios, venció al peronismo unido de Jorge Busti y el gobernador Sergio Urribarri. En total, cosecharon 11 legisladores nacionales.


Las claves del día
Nuevo orden. El kirchnerismo se exponía a una dura derrota, a manos de De Narváez. Macri, con el triunfo de Michetti, se sumó al festejo de Unión Pro.
Reutemann. En Santa Fe ganó in extremis al socialismo.
La fuerza de Cobos. El vicepresidente celebró el triunfo amplio de sus candidatos en Mendoza.


Santa Cruz. El kirchnerismo perdió por primera vez en la provincia, a manos de la UCR.
PJ disidente. Cayeron Schiaretti en Córdoba y Busti en Entre Ríos.
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El personaje
El hombre que cayó en su propia trampa

Martín Rodríguez Yebra LA NACION

El hombre que dijo no a una reelección segura para cederle el cargo a su esposa; el que forzó hasta el extremo el conflicto con los productores agropecuarios; el que convocó un "plebiscito" a sí mismo y se vistió de candidato, adelantó las elecciones y se rodeó de un ejército de candidatos ficticios? Ese hombre, Néstor Kirchner, quedó anoche obligado a reinventarse a sí mismo.

Por primera vez le toca ejercer el mando desde la debilidad y digerir la idea de que tal vez el futuro no pase por él.
¿Podrá? Disienten hasta los dirigentes que creen conocerlo de memoria. "Néstor acelera a 200 por hora, pero siempre frena cuando ve la pared", reflexionaba un ex funcionario cuando avanzaba la noche. "No lo van a ver a la defensiva; va a encontrar la forma de retener la iniciativa", refutaba un legislador que entra y sale de Olivos. No falta quien lo imagina dando un portazo ante la derrota.

Esa palabra no figuraba en su diccionario. Como abogado recién recibido, regresó a su tierra natal, Río Gallegos, a fines de los 70 dispuesto a hacer fortuna, como algunos años después confesaría su esposa en un acto de campaña. Lo logró en poco tiempo: era un titán de los litigios hipotecarios en esa época de poca libertad y mucha inestabilidad financiera.

Al volver la democracia combinó sus pasiones por los números y por la política: lo convocaron para manejar la Caja de Previsión Social de la provincia. Se peleó pronto con sus jefes, pero el puesto le sirvió para empezar a levantar su poder. En 1987 ganó la intendencia de Río Gallegos y descubrió otro mundo: incluso en la cima del poder nacional solía decir que se sentía un intendente.

La gobernación le llegó como algo natural en 1991. No dudó en instalar la reelección indefinida, nombrar íntimos en la Corte provincial y crear un sistema político en el que la oposición se volvió invisible.

En sus recorridas por el país se esforzaba por tapar esos rasgos del Kirchner visceral, personalista, obsesionado por lo que se dice de él y por decidir hasta el sentido del viento. El país se encontró un día, en 2003, con un presidente que apenas conocía, que había sacado el 22% de los votos y que un Menem en decadencia había ubicado en el máximo escalón político.

Nacía el mito del político al que se le atribuía una suerte ilimitada y que se dedicó a reinventarse minuciosamente. Nacía el Kirchner de épica militancia en la izquierda peronista, el político que enfrentaba a las corporaciones (los medios, los empresarios, la Corte menemista). El que denunciaba el "pejotismo" y hablaba de refrescar la política con un partido transversal.

La economía agigantó su figura: el crecimiento a tasas chinas, el aumento de las reservas, la suba del empleo? Con la billetera abultada, reformó el sistema de reparto federal de fondos y conquistó a gobernadores y a intendentes. Se animó a jubilar a su mentor, Duhalde; se despegó de sus ministros de pensamiento crítico, como Lavagna, y cuando los éxitos económicos empezaron a frenarse creó una Argentina paralela, con el Indec de Guillermo Moreno. La otra realidad
Editó la realidad con tanta naturalidad como para presentar como un acto de rebeldía progresista el pago anticipado de todas las deudas con el FMI. Nunca lo incomodó la contradicción: privatista en los 90, se reconvirtió como abanderado del Estado empresario.

Se sintió tan invencible que imaginó el "plan 1-2": dejarle la presidencia a su mujer y pasarse la posta sucesivamente para sortear las barreras que imponía la Constitución a su "modelo". Pero la sucesión matrimonial lo expuso por primera vez a lo desconocido: nunca había delegado el poder. Su salida de la gobernación de Santa Cruz ya había demostrado ?con crisis encadenadas? lo difícil que era heredar la oficina de Kirchner.

En su afán por defender a su esposa la vació de poder. El Gobierno se mudó a Olivos, sólo para disimular cómo se toman las decisiones.
Otra conversión lo llevó a su destino de hoy. Se hizo bonaerense, se ató a los caciques pejotistas del conurbano y decidió jugarse a todo o nada en la pelea por un cargo legislativo que hubiera despreciado años atrás.

Esa versión de Kirchner ha chocado con la temida derrota electoral. Cómo será el próximo modelo era la incógnita que consumía los debates en la madrugada triste del kirchnerismo.

PREMIO NOBEL - MARIO CANDECCHI