Viernes 19 de junio de 2015 | Publicado en edición impresa Vaticano
El Papa llamó al mundo a una urgente revolución verde
El Mundo En su encíclica Laudato si vincula el cambio climático, la degradación ambiental y la extrema pobreza con el actual sistema económico; habló de una "conversión ecológica"
Por Elisabetta Piqué | LA NACION
La encíclica papal / El llamado de Francisco
Otra crítica directa al sistema económico y la corrupción
ROMA.- Con Laudato si, sobre el cuidado de la casa común, el pontificado evidentemente renovador y reformista de Francisco difunde un documento único, el primero de este tipo en la historia de la Iglesia. Se dirige a todo el mundo, no sólo a los católicos. Y desde su autoridad moral indiscutida, llama a acciones concretas no sólo para salvar el planeta, sino también a la mayoría de los pobres que lo habitan. Como destacó ayer Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, en una conferencia de prensa, nunca en la historia una carta encíclica, expresión máxima del magisterio de un pontífice, había atraído tanta atención en el mundo. El porqué es simple. El Papa aborda un tema que preocupa inmensamente a todo el mundo: el estado de salud del planeta, evidentemente sometido en las últimas décadas a fenómenos meteorológicos producto de un progreso que no tuvo en cuenta a la naturaleza, a un dominio del hombre que ha tenido consecuencias catastróficas. ¿Cómo olvidar al Pontífice celebrando misa enfundado en un poncho amarillo de plástico en la isla de Tacloban, Filipinas, azotada en noviembre de 2013 por un tifón sin precedente, que causó destrucción y miles de muertos, nadie aún sabe exactamente cuántos?
Caos urbano
Desde la mirada que sólo un papa del fin del mundo podría tener, con un léxico comprensible, Francisco lanza un llamado de atención y a la responsabilidad. Venido de Buenos Aires, metrópolis que vive ese caos urbano del que habla, con miles de excluidos y minorías encerradas en barrios cerrados -a los que claramente alude-, traza un radiografía que pocos se habían atrevido a hacer: degradación ambiental y social van de la mano en nuestro mundo y es urgente hacer algo para detenerlas. La encíclica es única no sólo por su fin, extremadamente importante y que confirma que para el Papa "el poder es servicio", en el sentido de que con su influencia moral pretende servir a la humanidad para que pueda salvarse de una "espiral de autodestrucción".