Competitividad: otra vez sopa
La inflación, la inseguridad jurídica y la corrupción son algunos de los factores que más preocupan a los empresarios
La percepción que los hombres de negocios que trabajan en la Argentina tienen de la economía local y del entorno de negocios que se les ofrece a las empresas está lejos de ser positiva.
Inseguridad jurídica, inflación, falta de acceso al financiamiento, corrupción e ineficiencia del Estado son los cinco factores que más preocupan a los empresarios y que impactan fuertemente la competitividad de la economía.
Los obstáculos y los riesgos que encuentran los ejecutivos a la hora de hacer negocios surgen de una encuesta entre empresarios locales realizada por el World Economic Forum (WEF), en asociación con la Escuela de Negocios del IAE, presentada como parte del Informe Global de Competitividad 2010-2011.
En el informe, que analiza la situación de 139 países, la Argentina continúa situándose en la parte inferior de la clasificación, a pesar de las fuertes tasas de crecimiento experimentadas en los últimos años.
En efecto, datos positivos como el amplio mercado y el buen sistema educativo en la escuela primaria y en niveles más altos no llegan a compensar el entorno institucional, que, según el estudio, "es uno de los peores del mundo, con poca confianza pública en los políticos y profunda preocupación por la seguridad jurídica".
Parte de esa situación corresponde a "las políticas discrecionales de los últimos dos gobiernos", según el estudio, que destaca la estatización de las administradoras de fondos de jubilación y pensión (AFJP) y la expulsión del presidente del Banco Central Martín Redrado, por su negativa al uso de reservas para el pago de la deuda externa mediante un simple decreto presidencial.
En el ranking de competitividad, la Argentina ocupa el puesto 87 en el mundo, lo que reflejó una caída de dos posiciones con respecto al año pasado. Los primeros puestos permanecen en manos de Suiza, Suecia, Singapur, los Estados Unidos y Alemania. Los países latinoamericanos, excepto Chile, que es el mejor Estado de la región, posicionado en el 30° lugar, están todos entre la mitad del ranking y los últimos puestos. Brasil bajó dos escalones, del 56° al 58° y Venezuela pasó del 113° al 122°.
El estudio se basa en el Indice Global de Competitividad, que incluye un análisis de instituciones, infraestructura, entorno macroeconómico, educación sanitaria y primaria, capacitación y educación superior, eficacia de los mercados de bienes y laborales, desarrollo del mercado financiero, disponibilidad en materia de tecnología, tamaño del mercado, sofisticación empresarial e innovación.
Las conclusiones del WEF se conocen en momentos en que se han producido distintas formas de hostigamiento a empresas y pronunciamientos desde los niveles más altos del Gobierno que avalan protestas y procedimientos contrarios a la ley.
Por caso, cabe mencionar, entre otros, los bloqueos del sindicato de camioneros a algunas empresas, buscando responsabilizarlas por incumplimientos de compañías que contratan para tercerizar servicios, o la decisión de ordenar la caducidad de la licencia de Fibertel, que obedeció a una "decisión política" y no a las cuestiones técnicas que recomendaban la fusión de Cablevisión con Fibertel, como reconoció el interventor de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), Ceferino Namuncurá, ante la Comisión de Defensa del Consumidor de la Cámara de Diputados.
También debe mencionarse la preocupación manifestada por la Unión Industrial Argentina (UIA) por el polémico proyecto de ley que busca ampliar la participación de los trabajadores en las ganancias empresariales, iniciativa propuesta por la Confederación General del Trabajo (CGT) y que cuenta con el apoyo de todo el elenco oficialista en el Congreso, con Néstor Kirchner a la cabeza. A ello debe agregarse la honda preocupación que existe por el entorno de los derechos de propiedad, la independencia del Poder Judicial, el despilfarro del uso de los recursos públicos y la falta de equidad en las relaciones del Gobierno con el sector privado.
Además, y como lo señaló Irene Mia, directora del Centro para la Competitividad y Performance Globales y una de las autoras del informe, "el sentimiento entre los empresarios argentinos y extranjeros en el país es que no hay reglas claras muy definidas" y las instituciones públicas no brindan un entorno propicio para los negocios. Tampoco, decisiones oficiales encaminadas en la dirección correcta.