Viajes DIARIO DE VIAJE : CRUCERO POR EL MEDITERRANEO
La gran aventura
Túnez, Malta y Sicilia, en el viaje inaugural del sofisticado barco MSC Splendida. Las instalaciones, los rituales a bordo y los paseos en los puertos. Hace apenas unas cuantas horas, la eternamente bella Sofía Loren había cortado las cintas con los colores de Italia y un botellón de champán se había estrellado contra la proa del barco. Hace apenas unas cuantas horas habían actuado el bailaor flamenco Joaquín Cortés y el tenor José Carreras, y un descomunal despliegue de fuegos artificiales dibujaba estelas en la noche del domingo.
Hace apenas unas cuantas horas, el MSC Splendida, el gigantesco barco de la compañía italiana de cruceros MSC, era bautizado con todos los honores en el puerto de Barcelona.Y ahora, a las dos en punto de la tarde de un caluroso lunes de julio, la sirena del barco anuncia que ha llegado la hora de hacerse a la mar. Alguien insiste: "¿Podrá flotar este barco?" La broma tiene cierto asidero. Hay que ver de cerca la imponente silueta de esta nave. Con 138.000 toneladas, 18 pisos, 333 metros de largo, 38 de ancho y 67 de alto, más que un barco parece un edificio caprichosamente construido sobre el mar.
Para darse una idea de la magnitud de este coloso metálico de color blanco, basta con saber que su largo supera a la torre Eiffel dispuesta en forma horizontal y que su altura es similar a la de un rascacielos de 23 pisos.Por fin, como para disipar cualquier duda, a una velocidad de 30 km por hora, el MSC Splendida empieza a flotar, y a abrirse paso por el Mediterráneo en su primer viaje oficial. La cubierta del piso 15 está repleta de cruceristas -españoles en su mayoría, pero también hay ingleses, italianos, franceses, alemanes- que toman fotos y filman el inicio de la travesía. Nadie quiere quedarse sin las primeras imágenes de la aventura.
El puerto de Barcelona, lentamente, va quedando atrás. Las agujas de la Catedral y las de la Sagrada Familia, el trasbordador y las montañas, los modernos edificios y las antiguas casitas, se empiezan a desdibujar en el horizonte catalán. Comienza un tiempo distinto: el de la dolce vita que proponen los cruceros. Por delante esperan cuatro días y cuatro noches de placeres en alta mar y de puertos que esperan en el horizonte.talaciones, los rituales a bordo y los paseos en los puertos.
A DISFRUTAR. Pero ... disfrutar, pero no olvidemos, lo que a nosotros nos sobra a otros les falta. No acumulemos más bienes de los que en una vida (limitada) podemos disfrutar. Los excedentes son fuente de conflictos (se lo digo yo que vivo de ellos, y siempre que puedo con esta Justicia de amplio porcentual Corrupta que nos toca vivir, rresuelvo extrajudicialmente) y en el cajón no entran.
La gran aventura
Túnez, Malta y Sicilia, en el viaje inaugural del sofisticado barco MSC Splendida. Las instalaciones, los rituales a bordo y los paseos en los puertos. Hace apenas unas cuantas horas, la eternamente bella Sofía Loren había cortado las cintas con los colores de Italia y un botellón de champán se había estrellado contra la proa del barco. Hace apenas unas cuantas horas habían actuado el bailaor flamenco Joaquín Cortés y el tenor José Carreras, y un descomunal despliegue de fuegos artificiales dibujaba estelas en la noche del domingo.
Hace apenas unas cuantas horas, el MSC Splendida, el gigantesco barco de la compañía italiana de cruceros MSC, era bautizado con todos los honores en el puerto de Barcelona.Y ahora, a las dos en punto de la tarde de un caluroso lunes de julio, la sirena del barco anuncia que ha llegado la hora de hacerse a la mar. Alguien insiste: "¿Podrá flotar este barco?" La broma tiene cierto asidero. Hay que ver de cerca la imponente silueta de esta nave. Con 138.000 toneladas, 18 pisos, 333 metros de largo, 38 de ancho y 67 de alto, más que un barco parece un edificio caprichosamente construido sobre el mar.
Para darse una idea de la magnitud de este coloso metálico de color blanco, basta con saber que su largo supera a la torre Eiffel dispuesta en forma horizontal y que su altura es similar a la de un rascacielos de 23 pisos.Por fin, como para disipar cualquier duda, a una velocidad de 30 km por hora, el MSC Splendida empieza a flotar, y a abrirse paso por el Mediterráneo en su primer viaje oficial. La cubierta del piso 15 está repleta de cruceristas -españoles en su mayoría, pero también hay ingleses, italianos, franceses, alemanes- que toman fotos y filman el inicio de la travesía. Nadie quiere quedarse sin las primeras imágenes de la aventura.
El puerto de Barcelona, lentamente, va quedando atrás. Las agujas de la Catedral y las de la Sagrada Familia, el trasbordador y las montañas, los modernos edificios y las antiguas casitas, se empiezan a desdibujar en el horizonte catalán. Comienza un tiempo distinto: el de la dolce vita que proponen los cruceros. Por delante esperan cuatro días y cuatro noches de placeres en alta mar y de puertos que esperan en el horizonte.talaciones, los rituales a bordo y los paseos en los puertos.
A DISFRUTAR. Pero ... disfrutar, pero no olvidemos, lo que a nosotros nos sobra a otros les falta. No acumulemos más bienes de los que en una vida (limitada) podemos disfrutar. Los excedentes son fuente de conflictos (se lo digo yo que vivo de ellos, y siempre que puedo con esta Justicia de amplio porcentual Corrupta que nos toca vivir, rresuelvo extrajudicialmente) y en el cajón no entran.